Llego tarde al patíbulo

Llego tarde al patíbulo.
La muerte me espera en cualquier esquina.
Se viste con minifalda corta
lleva pintalabios rojo.
Las pestañas le llegan al cielo.

Mi hora se dibuja en todos los relojes atrasados
que me hicieron llegar tarde a primera hora.
La muerte habita estos muros
cimentados sobre hueso
carne
sangre
grasa.

Son manos que atraviesan como cuchillos,
son jeringuillas que atraviesan como cuchillos.
Un after en Salamanca,
una cama universitaria ávida de vida,
aterrada.

Una mentira tras otra,
un te quiero que nadie pronunció.
Envenenarse con vino barato, labios morados.
Ser la ex-loca,
ser la gorda feminazi,
ser la que quiso
pero no pudo.

La muerte es un suspenso,
la muerte es el adiós que alguien no pronunció.
La muerte son todos esos hijos de puta,
anda que os den por culo,
panda de resabiados engendros.

Llevo una pistola,
Julieta acorazada,
Blancanievas homicida,
Anais Nim de mala leche,
Marisol hasta el coño cantando la republicana.

Llego tarde al patíbulo.
La muerte me espera en cualquier esquina.
Pero yo no tengo nada que perder,
y muchas, muchísimas balas.




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